No cambien para mal, no sean ególatras, no sean superfluos, no se dejen intoxicar por el veneno de la avaricia y de la vanidad. Sean honestos, sean sencillos, sean ustedes mismos y si deciden cambiar, que sea para mejorar su persona, su forma de ver la vida y su actitud frente a ella. Que se mantengan firmes en sus convicciones (que son lo más bello que poseen y por lo que los considero mis amigos) y que sigan buscando un bienestar sin afectar ni dañar a su alrededor.
Evolucionen que es la única forma de demostrar que son dignos de llamarse humanos.