Sólo se puede hablar de igualdad de los individuos en tanto ésos son en gran medida inconscientes, es decir, inconscientes de sus diferencias fundamentales. Cuanto más inconsciente sea una persona, tanto más seguirá el canon general del acontecer psíquico. Por el contrario, cuanto más consciente de su individualidad llegue a ser, tanto más pasará a primer plano su diversidad con respecto a otros sujetos y tanto menos corresponderá a la expectativa genera.