Retrato de una mujer en llamas

Retrato de una mujer en llamas

Photo by Paul Bulai / Unsplash

Ambientada en 1770 en la Bretaña Francesa, una película sobre resilencia, resistencia, aceptación y sobre todo amor no solo ante las circunstancias o los otros sino frente a nosotros mismos y nuestros demonios.

Marianne es contratada para pintar el retrato de Hélöise por lo que debe ir a la casa de su contratante para instalarse durante 6 días y elaborar el cuadro, algo que supondría una tarea relativamente fácil es la premisa para un drama complejo donde podemos apreciar los prejuicios y las estructuras culturales de una época en la que decidían con quien te casabas, cuál debía ser tu educación y, aunque a nivel personal te "revelaras" contra el sistema, como debías pensar la cultura y la sociedad en la que estabas insertada.

Sin conocer a tu futura pareja, si eras mujer tu cuadro era enviado al futuro esposo quien aprobaba o no y si lo hacía viajabas a conocerlo y ya de paso a casarse.

algo así como un tinder renacentista

Si eras pintora no podías pintar desnudos de hombres porque:

sin una noción de la anatomía masculina, los temas mayores se nos escapan...

Entonces qué hacían quienes estaban determinadas en avanzar su carrera como artistas? disfrazar sus nombres con nombres masculinos, enviar sus cuadros a concursos con el nombre de sus padres o esposos si alguno de ellos era un reconocido pintor.

Y finalmente el amor, aquel amor que actualmente se trata de pensar como un sentimiento que puede surgir entre quienes quieran sin importar quienes son, incluso ahora y aún más en aquellos momentos era restringido a aquellos que "son distintos en sus elementos biológicos" (nótese el eufemismo para decir que la homofobia era la piedra angular de una sociedad que clamaba el despertar del intelecto).

Un solo detalle más y muy personal sobre lo exquisita que es esta película, la fotografía y no solo la fotografía de la película, que es maravillosa a cada instante:

cada encuadre es digno de admirar y detenidamente estudiarlo.

Sino también para aquellos que conocen y disfrutan del mundo de la fotografía es una historia en la que podemos ver el proceso de fotografiar en su forma artesanal y primaria, esa forma anterior a la mecanización de atrapar la luz, en la que la luz era dibujada y plasmada a mano.