mi VOTO cuenta, mi NO voto también
Algo que vengo repitiendo hace mucho tiempo en esta idea de sabotear el proceso electoral. Normalmente cuando digo esto las reacciones que recibo suelen agruparse en estas dos opciones:
a) "eso es desobediencia civil" suele ser el comentario y entiendo porque puede ser percibido como tal. Más adelante detallo el porque no lo es, pero la respuesta rápida es:
aunque la obligación de votar está siendo ignorada (ergo desobediencia) realmente, a mi parecer, se está manifestando el parecer democrático en acto de silencio, es decir el acto en si es mucho más que solo desobediencia
b) "es resistencia pacífica y Ghandi ya lo hizo" suele ser el otro comentario común que suelo recibir y puedo comprender porque:
me resisto frente a la obligación de asistir a las urnas para votar y al no hacer una huelga o una manifestación entonces puede ser visto como una actitud pacífica, pero para hablar de una resistencia pacífica debe existir un avance no-pacífico (i.e. violenta) del lado contrario. Y nada de lo que planteo se alinea con esto.
A qué me refiero con "boicotear el proceso electoral"?
El nombre que prefiero use es "actitud civil pasivo-agresiva" y para que pueda llamarse así debe cumplir los siguientes requisitos
- Debe ser ejecutada por una mayoría poblacional, me atrevo a decir que más del 80% de la población debe comprometerse y cumplir lo pactado
- A nivel individual debe ser frontal, directa e intransigente, es decir frente a la pregunta "tu lo hiciste?" o "tu participaste?" la respuesta debe ser un directo "SI".
- El pueblo que decida hacer esto deberá estar en un punto de consciencia social avanzado,
Si el ente social fuera una persona, debe ser un adulto racional, responsable, respetuoso y mayor de 30 años
Lamentablemente no se me ocurre más de 5 pueblos, o sociedades, capaces de hacer esto y ninguno de esos está en Latinoamérica.
La paradoja con este requisito es que una cultura con esta madurez social probablemente no tenga la necesidad de reclamar o recriminar nada a sus gobernantes.
Me atrevería a marcar este requisito como opcional con la esperanza (todo esto hipotético) que al menos dicha cultura tenga un mínimo de raciocinio.
Con estos requisitos en mano la ejecución es simple; simple de explicar, complicado de ejecutar.
No asistir a las elecciones, no sufragar
Incluso antes de eso, no participar de las campañas ni activamente, militando, ni pasivamente, conversando o discutiendo de política, específicamente de los partidos políticos y sus candidatos.
Las consecuencias pueden ser peligrosas, incluso nefastas, y es por eso que el pueblo, el ente social, debe actuar como un adulto. Debe estar consciente de las consecuencias y debe estar dispuesto a aceptarlas. Solo así, y esta es mi creencia, en el futuro se podrá percibir un cambio a mejor.
Esto no es algo que cambie de la noche a la mañana
Podría usar como ejemplo cualquier o casi cualquier estado especialmente de Latinoamérica pero ya que el tema del momento es la situación política de Venezuela, empezaré por ahí:
Los números que uso, tienen por objetivo dar contexto al ejemplo, no son reales
Día de las elecciones, el 80% de la población habilitada para votar no concurre a las urnas. En las primeras horas de la mañana es un incidente que llama la atención pero, me atrevo a decir, sería justificado en líneas similares a "son unos cobardes y saben que el pueblo está con nuestro presidente".
Para el medio día la situación es alarmante, todos los observadores, los entes internacionales, todo el mundo empezaría a hablar. A la noche el presidente saldría a decir que
Es una afrenta y un atentado del imperio ... las fuerzas capitalistas quieren destruir la gloria del pueblo bolivariano
Esto no quiere decir que al día siguiente el presidente renuncie porque entendió la decisión del pueblo y la va a respetar, al contrario, un gobernante autoritario no se va (como ha quedado demostrado con todo lo sucedido).
Las cosas no van a cambiar, ese el punto central de mi pensamiento; el poder no va a cambiar, los políticos no van a cambiar, pero somos nosotros quienes podemos poner un grito más allá de las manifestaciones y de esta manera dejar una sensación de humillación a quienes deberían gobernar y trabajar como se debe.
Al menos ese podría ser el inicio hacia algo mejor.